No os voy a negar que desde que el trailer salió, ‘The Creator’ subió muchos enteros como estreno esperado. Había muchas ganas de verla, la última película de Gareth Edwards fue ‘Star Wars. The Rogue One’ y el sabor de boca que dejó, junto con el trailer que nos mostraron hicieron que el hype subiera mucho. El descubrimiento de que Hans Zimmer fuera el compositor de la banda sonora me animó definitivamente a ir a verla este fin de semana.
La historia de esta película se sitúa en 2065, dónde en el mundo occidental se ha desarrollado tanto la inteligencia artificial que ya se convive con ella a diario. Un día, la IA decide eliminar la ciudad de Los Ángeles lanzando una bomba nuclear. En ese momento, se desata una guerra entre Occidente y Nueva Asia por la eliminación de este tipo de inteligencia. Joshua Taylor es un agente de los Estados Unidos infiltrado en Nueva Asia con el objetivo de encontrar al creador de la IA (que ha creado una nueva arma capaz de destruirlo todo).
Edwards reconoce que a la hora de elaborar la película se ha visto influenciado algunas de las películas de culto de ambiente futurista o de ciencia ficción. Algunas de ellas son: Apocalypse Now (1979), Baraka (1992), Blade Runner (1982), Akira (1988), Rain Man (1988), The Hit (1984), E.T. el extraterrestre (1982) y Paper Moon (1973). Pero podríamos añadir perfectamente Ghost in Shell (1995) y Terminator (1984), visto lo visto.
Probablemente estemos ante una de las mejores películas del año en el aspecto visual y de fotografía. El contraste que supone el viaje por Nueva Asia junto con los grandes edificios futuristas es de una belleza espectacular. La ambientación futurista también está muy conseguida. Pero creo haber detectado el problema. Y comenzó con la primera escucha de la banda sonora de Zimmer.
Como ya hemos comentado, las influencias que ha tenido esta película son muchísimas. Y la sensación que a uno le queda es la de haber visto un Frankenstein, es decir, una película que tiene trozos de muchas películas pero que carece de corazón propio. Algo le falla a la película de Edwards, ya que tiene momentos en los que te quedas admirado de lo que observas y crees que estás viendo un peliculón, pero también momentos en los que parece que el tiempo pasa muy lentamente y se hace un pelín pesada..
Puede que algo de razón tenga John David Washington, protagonista de la historia de Edwards. El actor que interpreta a Joshua vuelve a pecar de lo mismo que le pasó en ‘Tenet’. La falta de carisma de este personaje es preocupante, sobre todo cuando el guión le queda grande. Le pasó en ‘Tenet’ y le pasa en ‘The Creator’, aunque aquí la historia propuesta por Gareth Edwards y Chris Weitz cuenta con gazapos importantes. Otro aspecto negativo que no acaba de hacer la película redonda es la sosa banda sonora de Hans Zimmer. Hacía mucho, pero mucho tiempo que no le escuchaba una banda sonora tan carente de alma. Acompaña bien, pero Zimmer nos tiene acostumbrados a la excelencia, y aquí aprueba, pero no convence.
Que esto no os quite las ganas de ver esta película. Si en algún momento ha de verse es ahora que está en la gran pantalla para dejarse embelesar de la excelente combinación de pasado y futuro que ofrece. Una opción entretenido, que, viendo el drama de los estrenos últimos de esta temporada, es de lo más potable. Igual me paso de generoso con las estrellas.
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No dudaré en verla, pero estoy contigo. Este chico no tiene ninguna gracia
Ahora que la he visto no. No dirías que la película no tenga corazón.
De hecho, creo que justo corazón es lo que le sobra. La trama principal se basa en el amor entre un hombre y su mujer y la lucha por el reencuentro de ese matrimonio que se ha separado por motivos X que no voy a desvelar. Diría que más allá de faltarle corazón, el problema que tiene es la infantilidad de su resolución, la película es maravillosa, prácticamente todo el tiempo a excepción de un final, rematadamente infantil. Es como si hubieran escrito el guion en dos años y los últimos 10 minutos de película en 5 minutos.
Por lo demás la película me ha gustado mucho y si hubiera estado mejor terminada, puede que hubiera estado en la lista de las mejores del año.