Pues la cosa en los Oscars va a ir de biopics, o eso es lo que se han propuesto en este año 2015 para elegir al mejor actor. Si bien no hace una semana que no tenía ningún tipo de duda de que Eddie Redmayne iba a conseguir la estatuilla por La Teoría del Todo, ayer pude comprobar que la pelea va a estar más reñida de lo que aparentemente a mi parecía. Estoy hablando por supuesto de Benedict Cumberbacht y su representación de Alan Turing en The Imitation Game, que obra de arte.
Esta película trata de un matemático, aparentemente antisocial, una especie de genio bicho raro que es reclutado por el MI6 para llevar a cabo la misión de descifrar los mensajes alemanes durante la segunda guerra mundial. Pero no se centra solamente en el logro conseguido, uno de los aspectos de esta película que más me ha gustado ha sido su manera de contar la historia del protagonista. Su historia está contada en tres partes, en las que se enlazan continuos flash backs y flash forwards. La manera en la que está contada, el qué, cómo, cuándo y porqué hace que estés en todo momento atento a cualquier detalle que se te pueda escapar y eso es un acierto de Morten Tyldum, su director.
La parte fundamental de la película es evidentemente en la que se encarga de fabricar una máquina que permita descifrar un código llamado Enigma, una forma de cifrado alemán en la que había 159 trillones de posibilidades de cara a acertar la clave necesaria para descifrar el código en la que se cifraban los mensajes nazis. La forma de introducir el problema se lleva a cabo de forma majestuosa. Es una historia de la guerra, pero de la otra guerra. No de la carne y hueso, balas y maquinaria, sino la de la mente, la inteligencia que se lleva a cabo para mandar a todas las tropas.
Las historias de principio y conclusión del personaje de Turing tratan principalmente de la historia oculta de Turing. Oculta porque en la Gran Bretaña de hace solo 50 años (quien lo diría) estaba mal visto eso de ser homosexual. Es muy clara la manera en la que el personaje llega a ese punto, explicado en el trauma que pasó en el internado cuando era niño, y también lo borda nuestro amigo Benedict en la parte final, donde su único consuelo es Christopher, la máquina creada por él.
Como ya he comentado antes, la actuación de Benedict Cumberbacht se merece por lo menos la nominación al Oscar, se nota que estamos delante de un grande. Pero como no solo de pan vive el hombre, el reparto está lleno de caras conocidas, Mark Strong como el agente del MI6, Charles Dance (te echaremos de menos Tywin) como el comandante Denniston, supervisor de la misión secreta y Matthew Goode como Hugh Alexander, colaborador de Alan Turing en la consecución del éxito. Pero sobretodo destaca Keira Knightley en su papel de Joan Clarke, una joven con una capacidad intelectual que asombra y encandila a Turing.
La banda sonora la ha compuesto Alexander Desplat, y lo ha bordado. La verdad es que nunca ha sido santo de mi devoción, pero hay que reconocer que cuando le sale bien, le sale muy muy bien. De igual manera, la ambientación de los años de la segunda guerra mundial y posterior años 50 está muy bien conseguida.
En resumen, gran película de visionado obligatorio.
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Llevan tiempo recomendándola, tengo muchas ganas de verla a lo mejor paso por el cine esta semana a verla.
En cuanto a lo del oscar a mejor interpretación, cuéntame lo que quieras. El oscar es para Marius Edy Redmayne.
No dejes que te engañen las apariencias, si ves esta película dudarías hasta de tu mismo. Es épica !!
a mi benedit nunca me ha gustado, estoy seguro de que ni aunque de verdad se saliese me gustaría para un oscar