Podíamos decir que esto iba demasiado bien. Todos teníamos ganas de ver el resultado de la Batalla de Eregion. Este evento es uno de los que marcan un antes y un después en la historia de la Tierra Media, ya que las consecuencias que tuvo esta batalla fueron muy grandes. No quiero adelantarme, pero las diferencias que había en la serie hasta ahora eran bastante pasables. Es decir, se podía vivir con el hecho de que la serie estuviera inspirada en la obra y que no siguiera 100% la obra original. Con lo eventos que se han introducido en este capítulo, esa convivencia se hace más difícil.
Es un episodio envuelto en polémica. Ya habrá tiempo más adelante en este post para poder llevar a cabo un análisis detallado de lo que ha sido el capitulo, pero tenemos que decir que, a grandes rasgos, que la gente de Amazon Prime ha decidido salirse de la tangente y comenzar una historia totalmente nueva. Hasta ahora las licencias que existían estaban desarrollados alrededor de una historia más o menos coherente, pero lo de este capítulo no hay por donde cogerlo.
Aunque se puede rescatar algo. Se ha querido recrudecer y dar un salto en lo macabro. Alguna de las muertes que nos presenta el capítulo son tan inesperadas como gratificantes. Pero donde reside de verdad la magia del capítulo es en la relación, ya tornada en tortura, que han mantenido Celebrimbor y Sauron. Celebrimbor descubre por fin que ha sido sometido a un engaño por parte del Señor Oscuro y las revelaciones que ocurren merecen ser analizadas con mucho mimo, ya que lamentablemente van a diferir mucho de la obra original.
Visitaremos fugazmente las minas de Moria, ya que juegan un parte importante de la temporada. No la parte que le gustaría a Elrond, pero el enfoque que se da a la historia de Durin y los Enanos ahonda en el hecho del porqué las razas se encuentran tan enemistadas entre sí, y me gusta. También me ha gustado mucho lo que son los detalles del asalto. Aunque a nivel de números, si querías competir contra las Batallas del Abismo de Helm o de Minas Tirith, se ha quedado en algo muy fugaz. Hay muchas cosas que no tienen sentido, como la escasa participación de Damrod, muy fugaz e intrascendente. Eso sí, las tácticas de los Orcos y el repliegue de los elfos no son los más inteligentes.
- Pero vamos con el análisis, tened cuidado porque entramos en zona peligrosa:
- Trama de Eregion
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La trama más potente de este capítulo se centra en Eregion con dos frentes claramente definidos. En primer lugar, tendremos el desenlace de la relación (o manipulación) de Sauron hacia Celebrimbor y todo el pueblo de Eregion en su forma de Annatar. La figura interpretada por Charlie Vickers es lo mejor de la temporada y ha sido un maestro a la hora de volver a todo el mundo para hacer su voluntad. El segundo evento que cabe señalar es el inminente asalto a la ciudad por parte de los Orcos de Adar.
El capítulo comienza con un Celebrimbor todavía preso del hechizo de Sauron, finalizando los anillos de los hombres. Pero algo falla. La ilusión en la que Sauron le tiene preso comienza a deshacerse y han utilizado una técnica que hemos visto en infinidad de ocasiones, como en Speed o en tantas otras películas de robos, donde los malos siempre caen en la trampa de una grabación en el circuito cerrado de televisión. Sauron idea este sistema para Celebrimbor, pero tantas horas en él, al final encuentra la forma de salir.
Antes de eso, va a terminar con los Anillos de los hombres y la confidencia que le hace a Sauron sobre la canción de las ideas me ha llevado a pensar en la canción de los Ainur, los seres celestiales (valar incluidos) que son los encargados de entonar la canción de la Tierra Media. La salida de Sauron nos desvela el asedio que está sufriendo Eregion por parte de las fuerzas de Adar. Ver la forma en la que Eregion cae víctima de los proyectiles bien merece que este capítulo sea de pantalla grande. Todo nos guiaba a una de las grandes batallas de la era de las series, tal y como nos habían prometido.
Honestamente, todo parecía indicar que estabamos ante algo gordo. Las catapultas, los orcos asediando al muro, la lluvia de flechas. Pero lo realmente importante se produce en la Gran Forja de Eregion. Celebrimbor descubre por fin que ha sido sometido a un engaño muy potente, y no precisamente por parte de un Valar llamado Annatar. En otra de las trascisiones que nos enseña la serie, descubre que la verdadera identidad del ser que le estaba ayudando no es otro que Sauron, responsable de subvertir las mentes de todos los elfos de Eregion.
Las prisas de Sauron son evidentes, ya que no desea esperar mucho a los orcos de Adar para tener los nueve anillos de los hombres. Una vez es descubierto por el maestro herrero, va a dedicarse a ser todo lo cruel que sabemos que es. Con Celebrimbor se ensaña en un juego mental digno de cualquier persona maquiavélica. Me gusta como le hace ver que todo lo que ha ocurrido ha sido por elección del propio Celebrimbor. El solamente le ha dado un empujón.
Eso sí, enseñarle que el mithril era en realidad su sangre (para entender las ataduras que tiene Sauron sobre esos anillos), su forja destrozada y que ha conseguido influenciar a todos los elfos en su contra es una bofetada bastante grande. Para colmo, en la refriega de saber quién está más cuerdo, la muerte de Mirdania no ayuda y permite que la forma que tiene Sauron de erigirse como líder de los elfos en Eregion es muy coherente. Pero hay muchos ejemplos durante el capítulo: los guardas y su muerte colectiva
No voy a negar que la parte correspondiente con Celebrimbor y Sauron es lo mejor que tiene la serie. Hasta ahora había ciertas licencias que se habían introducido que podían ser pasables, ya que encajaban dentro de la narrativa de la serie (la hija de Elendil, la historia de Arondir, etc…). Pero en este capítulo se han esforzado para profundizar en estas cosas que llevan a una gran separación entre lo que es la obra de Tolkien y lo que se han propuesto a hacer con ‘Los Anillos de Poder’. Miedo me da el siguiente capítulo, ya que el árbol de posibilidades que han introducido es muy grande.
En primer lugar, y el más grande de todos, es el famoso beso entre Elrond y Galadriel. No es por la tensión sexual no resuelta entre los dos elfos, que se han encargado de acrecentar desde el primer episodio de la primera temporada. La relación que tienen Elrond y Galadriel ya la explicamos en la temporada pasada, pero parece que requiere de una actualización. Elrond es sobrino lejanísimo de Galadriel. Es más, Elrond acaba casándose con Celebrían, hija de Galadirel y de Celeborn, con lo que el atisbo de una posible relación entre ellos produce un cierto repelús. Muy acentuado cuando sin trampa ni cartón nos quisieron colocar el beso en un sitio donde Galadriel jamás debería haber estado.
La segunda cosa que me llama poderosamente la atención es el intento de recrear la carga de los Rohirrim. Los elfos de Lindon llegan a Eregion comandados por Elrond. Tal y como pasa en Minas Tirith, aparecen en un momento de gran desespero y al sonido del cuerno vemos cabalgar a la caballería élfica en busca de las cabezas de los orcos. Es probablemente el síntoma que refleja mejor la deriva de esta serie. Técnicamente perfecto, todo muy bien ejecutado, y cuando parece que todo va a acabar como debe acabar, sale un as debajo de la manga de los guionistas para cambiar el rumbo y barrer el castillo de naipes frágilmente construido. Que la caballería quede perfectamente alineada en su parada en seco al ver a Galadriel no tiene ni pies ni cabeza.
Ni entro a opinar de porqué Elrond comanda la caballería cuando Gil-Galad, el Alto Rey de los Elfos, está entre ellos. En realidad esta escena es imposible verla en los libros, ya que como bien hace la serie, nos muestra que la ayuda élfica que recibieron los elfos de Eregion fue capitaneada por Elrond. Pero llegaron muy tarde. Celebrimbor ya estaba muerto y la ciudad estaba completamente arrasada. Fue en ese momento, en la huida ante el ataque de Sauron, que Elrond y sus hombres encontrar el valle de Imladris y fundaron la ciudad de Rivendel.
Otro ejemplo de este síntoma que rodea a la serie es el uso que se la ha dado a Damrod en la temporada. Se presentó durante la campaña de marketing como un ser novedoso y que iba a tener un papel relevante. A lo largo de esta temporada solamente ha aparecido en el campamento de Adar, buscando cabezas de todo tipo para su colección. Se suponía que en esta batalla iba a tener un gran protagonismo, ya que como ser o arma de asedio iba a ser bastante útil. Nada más lejos de la realidad. La colaboración de Arondir y de una guerrera elfa bastan para eliminar al troll. Pasó sin pena ni gloria, tal y como está quedando esta serie.
Pero la influencia de Damrod va un poco más allá de su simple presencia. Ya se ha discutido el hecho de que en esta serie los orcos parecen tener moral y sentimientos entre ellos. La mano de Adar con Damrod se vuelve un poco ancha, ya que al troll no le interesan amigos y enemigos. El quiere llegar hasta Sauron y arrasará con todo lo que tenga por delante. Adar y los Orcos lo saben, y se puede ver un atisbo de rebelión en las filas de los Orcos cuando Damrod es llamado a filas. El otro detalle que no me encaja, por los mismos motivos que ya expliqué cuando salió la polémica de las familias de los Orcos, es que se hagan funerales entre sus filas, y que Adar se ponga a llorar. No cuadra.
Por último, han acabado de destrozar todo tipo de coherencia con el Silmarillion al decidir el destino de los anillos. Tenemos los anillos de los hombres forjados, pero en vez de que Sauron se los lleve a Mordor, el equipo de guionistas ha decidido que Galadriel se los quede y ¿huya? Sabemos que habrá una refriega en el próximo capítulo entre Sauron y la elfa. Espero que el resultado sea que Sauron recupera los Anillos.
La otra historia referente a los Anillos que no tiene ningún tipo de sentido es el final de la batalla cuando Adar roba el Anillo Blanco, Nenya, del cuello de Elrond. Al final de la Batalla, Adar ve como los objetivos van cayendo. Sauron se va a escapar, Damrod ha muerto, los Elfos se están reagrupando y empieza a amanecer. Esto último lo digo a modo de ironía, ya que mágicamente los Orcos esta temporada sí pueden estar al sol. Después de matar a Arondir, ya os digo yo que no está muerto. ¿Qué puede hacer Adar con el Anillo Blanco? Teóricamente nada, ya que los Orcos no son capaces de construir nada bello, con lo que el poder del anillo sería inexistentes. Veremos en el último capítulo.
- Trama de Moria
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La trama de los enanos aquí se vive de una forma un tanto secundaria, ya que la Batalla de Eregion se lo come todo. Pero pasan cosas muy interesantes. La codicia de Durin ha tornado en locura y Narvi, uno de sus lugartenientes e ingeniero minero, se alía con el príncipe Durin para impedir que su padre lleve a cabo el saqueo de la montaña. No por no querer amasar riquezas, sino que la posesión que hace el anillo sobre el rey ha tornado su cabeza en demencia. Es un detalle que en los libros de Tolkien no es tan exagerado, ya que como se indica en el Silmarillion:
Cuesta entender que los anillos tuvieran un efecto sobre Durin Rey cuando el Anillo Único todavía no estaba forjado. Pero el giro que le dieron al ser Annatar el forjador puede cubrir perfectamente este gap. Al final, Narvi y sus compañeros se unen a Durin príncipe y Disa al darse cuenta de que el anillo se ha adueñado del Rey. Mientras eso ocurre, Elrond acude a Moria para hablar con su amigo, ya que necesita su ayuda para salvar el reino de Eregion. La relación que tienen esta pareja es de lo mejor que ocurre en la serie. A ver si alguien me ayuda, ya que la frase que le dice Elrond a Durin: ‘mi corazón salta de alegría al verte’ no sé de donde viene.
El propósito de Elrond es que un ejército de Enanos acompañe a Durin a Eregion y así se pueda competir en número contra las fuerzas de Adar. Algo así como una especie de Gandalf con Éomer en el Abismo de Helm … pero nunca llegaron. Después de una espectacular puesta en escena y enseñar la potencia de la fuerza enana, cuando están a punto de partir, Narvi le comunica al príncipe Durin que su padre se ha vuelto loco y se ha puesto a excavar solo, poniendo en peligro a todos si despierta finalmente a la bestia.
Quiero insistir en el discurso de Durin, ya que se va solapando con todas y cada una de las escenas que son importantes en el capítulo. Si figura se alza, y me gusta mucho, ya que es uno de los mejores personajes de la serie. Ese Khazad-Dûm final, ver como la gente se va agolpando alrededor suyo y se va convirtiendo en el rey de facto de la Montaña es sublime. La lealtad de los enanos a partir de ahora será incuestionable. Como tampoco será cuestionable la melodía de Bear McCreary.