Hace años, cuando era estudiante de secundaria, un profesor me dijo que una obra de arte es fácil de reconocer. La clave, según me explicó, estaba en que al estar delante de una obra de arte constatas el paso del tiempo de forma inmediata. La obra no ha cambiado, sigue siendo igual de excelente, magnífica e inalterada por el paso de los años, sin embargo, tú sí has cambiado. Y de forma inmediata, su presencia te devuelve a un sitio donde hace ya mucho tiempo que no estabas, te despierta unos sentimientos y emociones que sentías en algún punto de tu vida muy lejano.

Eso fue lo que me tocó vivir este fin de semana pasado. Después de mi experiencia en Oberhausen, de la que ya dí parte, el viernes 5 de abril tuve el honor y la suerte de asistir a un concierto que sin duda recordaré para siempre, el concierto de ‘The World of Hanz Zimmer’ en Barcelona. En un abarrotado Palau Sant Jordi, donde no cabía un alfiler, se dieron cita miles de aficionados a la música, y más concretamente al arte de este Mozart del siglo XXI que es Hanz Zimmer. Puede que el tiempo, como decía antes, nos dé una perspectiva diferente cuando vuelves a ver el cuadro (o asistir a un mismo concierto) por segunda vez, pero no por ello deja de ser increíblemente bello.

En esta escena de Lion King literalmente lloras

Es difícil describir lo que ocurrió allí. ¿Cómo explicar hasta que punto la música dirigida por Gavin Greenaway capturó y cautivó a más de 10.000 personas? ¿Cómo describir la sensación de navegar de forma emocionante por películas que han marcado la vida de tanta gente? Puede que fuera una sorpresa, ¿tanto atrae Zimmer en España? Quizás si digo que todo un Palau Sant Jordi guardó silencio sepulcral durante casi 3 horas daré una idea de lo impresionante que fue el concierto, solamente roto entre los aplausos que suponían el tiempo de pasar de canción a canción. Miles de almas escuchando emocionadas, rehenes de una maravilla musical y un montaje excepcional a los que no les sobró ni un segundo.

Digamos que el previo ayudó. Al llegar al Palau tuve la suerte de tropezarme con un gran productor que está haciendo las maravillas de muchos por YouTube, Ivan Torrent, y tuve la oportunidad de charlar un rato con él. Más divertido todavía fue el carácter y la amabilidad de Pedro Eustache, sin duda una de las figuras de la noche. Al acercarme a saludar y después de apretarle, ya me contó el secreto. Lo mismo que en Lisboa iba a suceder. Con lo cual, hype al 1000% y a esperar guardando el secreto.

Tuve la oportunidad de saludar a Pedro Eustache antes del concierto

A nivel montaje no cambió nada, fue como volver a Oberhausen y revivir los maravillosos recuerdos de aquel fin de semana de noviembre. El escenario donde la orquesta obraba su arte tenía como telón de fondo un grupo de pantallas gigantes que acompañaban la obra con imágenes muy bien seleccionadas y donde en algunos momentos veíamos al propio Hans Zimmer explicando algún detalle o anécdota sobre sus obras. Eso nos dio la oportunidad de introducirnos en su estudio y comprobar la sutileza con la que Zimmer ha creado su mundo. Un músico de talento que ha tenido el carisma y la amistad de otros muchos con sus mismas ganas de convertir ese sentimiento en música y que ha conseguido atraerlos para crear una galaxia donde permite a todas esas estrellas brillar con su luz propia, sin alejarse del sello Zimmer. Esa creo que ha sido su gran virtud.

Y comenzó el concierto. Empezamos por The Dark Knight (¡vaya comienzo!) para introducir al público de forma intensa en lo que prometía ser una noche memorable. Sin dar tregua a las emociones, aparece en primera fila del escenario el virtuoso Pedro Eustache regalandonos la primera representación de la noche. A manos de un duduk armenio (en homenaje a los caballeros sármatas) Eustache nos transporta al mundo de King Arthur. Acto seguido, ante un público ya rendido a la maravilla que estaba presenciando, aparece en primera fila Amir John Haddad con su guitarra y deleita a los presentes con un solo de guitarra pocas veces visto para introducir Mission Imposible II. Como ya comenté MI2 es una pieza sublime, y es que después de Amir, la que hace su aparición es Lisa Gerrard. Poco más se puede decir de esta mujer que no se haya dicho, un torrente de voz brutal para dar poner punto y final a la primera sección del concierto.

Lisa Gerrard en MI2

Después de un gran MI2 nos toca vivir Pearl Harbour. E aquí otra sorpresa. Si en Oberhausen fue Gan-ya Ben-gur Akselrod la que nos fue guiando, en Barcelona tuvimos la oportunidad de oír cantar a Katharina Melnikova, ¡que espectáculo!. Sin duda escogieron lo mejor tanto del soundtrack como de la película con ‘Tenesse’ y ‘War’. Como un recorrido por el film, a través de las pantallas nos llevan tanto por la parte romántica como por la bélica en una gran representación. Después fue el turno del ‘Lost but won’ de Rush. Mucha adrenalina y aunque es una gran pieza, no sabría si meterla dentro de las grandes de Zimmer. Pero mantuvo el listón alto, que es lo que interesaba.

Antes del descanso, ‘Da Vinci Code’. En la presentación, Zimmer nos introduce juntamente con Ron Howard lo que él había ideado como suite de la película. Así que nos hace un recorrido por toda ella. Y eso nos dió la oportunidad de disfrutar otra vez de Melnikova y ver a Rusanda Panfili en un solo de violín. La primera una maravilla, como detalle decir que tenía el micro a más de un metro de distancia y aun así su voz angelical lo absorbía todo. De la segunda que más decir, igual habría que invitarla a tomar algo un día de estos. Su pasión y energía tocando el violín se hace palpable a simple vista. El final de ‘Da Vinci Code’ es increíble con un ‘Chevaliers of Sangreal’ excelso. Y con ello llegamos al necesario descanso para ir digiriendo el concierto.

‘Chevaliers de Sangreal’ es una maravilla

Tras la reanudación toca la parte más divertida del concierto con el ‘Best friends’ de Madagascar. La imagen de Amir John Haddad no se me a olvidar nunca. Después dimos paso a la potente Spirit. Y es que Spirit es una de aquellas que parecen olvidadas pero que son espectaculares bandas sonoras que tiene el genio alemán. Fue otro suite que se agradeció, ya que volvimos a ver otra vez la película (siempre suma). Para acabar con esta parte animada, Kung Fu Panda con el ‘Oogway Ascends’. Pedro Eustache nos vuelve a regalar otra gran actuación, utilizando la misma flauta china que utilizó para grabar la banda sonora de la película.

Después pasaríamos a una sección que a mi no me acabó de entusiasmar. Tocaba escuchar ‘The Holiday’ y ‘Hannibal’. En ‘The Holiday’, Zimmer y Nancy Meyers estuvieron charlando del gran solo de piano de la película. Fue entrañable y divertida gracias a los flashes de la película que nos iban dejando, pero no me acabó de entusiasmar. En ‘Hannibal’ la estrella sin duda es Marie Spaemann y su solo al chello. Una música muy profunda pero que a mí tampoco me acabó de atrapar del todo.

Se hizo de rogar, pero el maestro apareció

A partir de aquí, festival. Empezando con la presentación del Rey León con el gran Lebo M. Es imposible no emocionarse con esta pieza. Recorrido por toda la película, comenzando por la muerte de Mufasa (de la que Zimmer nos cuenta que se vio un poco como Simba por la prematura muerte de su padre, y que compuso en consecuencia). Adrenalina pura en la ‘Stampede’ y luego en el momento final de ‘Under the Stars’ y ‘King of Pride Rock’ es imposible no sacar una lagrimita, top 3 de momentos del concierto. Aquí la percusión de Luis Ribeiro es digna de mención, tanto como la voz de Asja Kadric.

A continuación vino ‘Gladiator’ con la participación obligada de Lisa Gerrard. Si está esta canción, es un debe su participación. Como en el caso de Da Vinci Code, nos movemos por los puntos más impactantes de la película. Viajamos a las llanuras de Germania, saboreamos la arena del Coliseo y viajamos al Elíseo de manos de Lisa Gerrard y Asja Kadric en las voces, con todo el equipo instrumental detrás. El momento álgido fue efectivamente el ‘Now we are free’, canción inmortal donde las haya. Y ya cuando creías que lo habías visto todo, el show sigue creciendo.

Imposible olvidar esta parte

Casi al final del concierto, aparece en las pantallas Hanz Zimmer presentando ‘Time’ y nos dice que quiere tocar para nosotros. Al piano, comienza a tocar la potente melodía de Inception. Y así, él en la pantalla y la orquesta en directo, tocan una obra difícil de olvidar. A medias de la canción comienza a sonar una guitarra que no consigues localizar, cuando parecía que ya no se podía sorprender más a un público entregado a la magia que se vivió allí, sucede el gran evento de la noche, aparece el maestro por un lateral del escenario con una camiseta de Ennio Morricone. El Palau se viene abajo con esta última chispa de magia del alemán.

Después de este maravilloso regalo de ver a Zimmer, que aprovechó su momento para ir presentando a los solistas que le acompañan durante The World of Hans Zimmer. Gavin Greenaway, Pedro Eustache (al que dedica unas bonitas palabras para que terminen los problemas de su Venezuela natal), Rusanda Panfili, Amir John Haddad, Lisa Gerrard, Asja Kadric, Marie Spaemann, Luis Ribeiro, Katharina Melnikova, Juan García Herreros, Lucy Landymore, Eliane Correa y Aleksandra Šuklar. Acompañados de la maravillosa orquestra sinfónica de Bielorrusia.

Un grupo de músicos excepcional

Y ya cuando vislumbras el final, una ultima sorpresa. A la pregunta de Zimmer de si queríamos más, Piratas del Caribe fue la respuesta. Y solamente se me ocurría esa manera de poder terminar como merecía tan excelente noche. Y es que la combinación escogida para Piratas del Caribe (‘I Don’t Think Now Is The Best Time’, ‘ At Wit’s End’ y ‘Drink Up Me Hearties Yo Ho’) conjuntamente con las imágenes de la película en su zenit en la pantalla ya te acaba de destrozar por dentro. Es tan increíble este final que da pena que termine, en mi caso podría haber seguido horas. Pero como buen libro, siempre hay una última página que al cerrarla te queda la satisfacción de lo vivido y la pena de que se ha terminado.

Después de volver a vivir el concierto, la conclusión es que mi profesor tenía razón. Una obra de arte la reconoces en cuanto la ves. El concierto del viernes nos trasladó a todos a tantos momentos y nos recordó tantas emociones y sentimientos, que al acabar no era extraño preguntarse que día era o en donde estábamos. Vimos, en riguroso directo, magia hecha música. O música hecha magia. Difícil decirlo porque la decisión era la no querer que acabara. Puede que hubieran canciones que no nos acabaran de encajar, puede que en otras la duración fuera excesiva o incluso que echáramos de menos algún clásico (Interestellar, Tears of the Sun, Sherlock, Miss Daisy, … la lista es interminable), pero lo que cuenta es el viaje. Y aquí Zimmer nos ha conquistado a todos.

No es un ‘adiós’, es un ‘hasta luego’

Para los rezagados (si es que todavía queda alguno), comentar que este espectáculo vuelve en diciembre a España durante la primera semana de diciembre. El 1 será en Bilbao, el día 3 en Madrid y el 5 en Barcelona (perfecto para antes del puente).

Agradecer aquí a Ferran Miquel Aymar su inestimable participación en este post, ha dado en el clavo en muchos puntos. Y a SoundtrackFest por las fotos de gran calidad de los diferentes escenarios.

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  1. Gran post jejej ha sido como volver a oberhausen

  2. Sabes que no ha sido como volver a Oberhausen. El de Barcelona fue mucho mejor por razones obvias !! Tengo que seguir preocupado de que María me perdone?? hahaha

  3. Que me digas que el de Barcelona fue mejor por que hans zimmer subió al escenario los últimos 10 minutos me parece fatal. El encanto de ir allí, estar en ela casa con la música de zimmer, escuchar las cosas por primera vez… no sé tío, en Barcelona le diste una segunda vuelta, fue otra cosa

  4. Veo que todavía escuece, si ya sabes que me encanta picarte. Los dos estuvieron genial, no hay espacio a la duda, experiencias únicas en cada caso.

  5. jajaja si si… ya sé quien va a volver a ir contigo a un concierto

  6. Una experiencia impresionante. Volveré en Diciembre. Con una sola vez, como Javier GF sabe, no es suficiente. Gracias por la invitación al concierto y a colaborar en este post!

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About Javier GF

Editor en la Septimacaja. Ingeniero de profesión, deportista como afición. El espacio es una de mis mayores pasiones, entender como funciona el mundo es indispensable para poder cambiarlo. Devorador de series y agitador de aquellos que nos quieran colar pelis de SerieB como grandes estrenos.

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