Parece que a medida que avanzan los episodios del anime de Tokyo Revengers va bajando el suflé, y no entiendo el porqué. Probablemente se deba a una insulsa segunda temporada, pero veníamos de un anime que había sido todo un hit en Japón y contaba una historia que había elevado a los altares de los mangakas a una figura casi desconocida como Ken Wakui. Esta tercera temporada se saborea como un cierre de algunas de las historias que nos habían acompañando hasta ahora, dejándonos con preguntas de cómo va a evolucionar la historia de Wakui.
Esta tercera temporada se cierra con el episodio 50, que viene a cubrir dos tercios aproximadamente de la historia de Wakui. Los episodios que se estrenaron esta temporada de invierno de 2023 van a explicar el arco de Tenjiku, o como también se le denomina, el incidente de Kanto. La temporada anterior nos dejaba el descabezamiento de la pandilla de Black Dragon a cargo de Hakkai y Hanagaki, en una trampa de Kisaki Tetta, que buscaba deshacerse de las influencias que tenía el líder de la Toman y así ganarse su favor.
La resolución de estos hechos fue la degradación y expulsión de la Toman de Kisaki (y Hanma), con lo que la historia de Hanagaki parecía concluir. Una vez Hanagaki vuelve al futuro, se dará cuenta de que no conseguiría bien bien el objetivo. Mickey ha desaparecido, aparecen otros protagonistas como Izana y Kakucho y Kisaki sigue regentando todo el poder, ocasionando siempre la muerte de Hina, punto del cual pivota toda la serie.
A partir de aquí esta temporada se convierte en una montaña rusa de emociones ya que Wakui se permite explorar con mucho acierto la vida anterior de casi todos los personajes que rodean a Hanagaki Takemitchi. En un salto sin red, Hanagaki vuelve al pasado sin saber si podrá volver al futuro, y se va a ver envuelto en las hostilidades que la gente de Tenjiku, una pandilla local de Yokohama, emprenderá contra nuestra pandilla favorita, Tokyo Manji, o conocida como Toman.
Esta exploración de historias que propone Wakui se va a centrar principalmente en los protagonistas que componen la pandilla de Tenjiku. Todo sube de nivel, probablemente habremos pasado ya de un shonen a clásico y a un seinen, por la dureza de algunas de sus escenas. Las escenas de pelea son un poco más salvajes y a un par de puntos vitales de la temporada en la que esta temporada puede dejar muy mal cuerpo.
El primero sin lugar a dudas es el momento en donde estalla la chispa fatal, que es el destino de Emma a manos de Kisaki. A partir de ahí, la previa y el desarrollo de la gran batalla de Kanto, como se denomina a este arco, va a estar cargada de enfrentamientos en los que exceden un poco el punto violento. La previa es un ataque sin escrúpulos de Tenjiku a Toman, con una traición más de Kisaki, que probablemente estará en el listado de villanos más odiados sin duda. Focalizándonse en los capitanes de la Toman para dejarlos fuera de combate, la batalla en sí deja momentos tanto crueles como alucinantes.
En el lado de la Toman, Hanagaki intentará ser el centro de apoyo de la pandilla (ya que Mikey y a Draken anímicamente están fuera de combate). Pero si algo tiene la Toman es personajes con carisma. Chifuyu, Peh-yan y sobretodo Angry van a hacernos disfrutar. Pero la gente de Tenjiku no se va a quedar corta, ya que cuenta con ellos a la Generación Malvada y a los S-62 (anteriormente miembros de la Toman, traidores todos). Pero además está el misterio detrás de los personajes de Kakucho e Izana (líderes de la pandilla).
La historia detrás de los personajes de Kakucho e Izana (y como forman la pandilla es una delicia). Esa forma que tiene Wakui de cuidar la coherencia narrativa es de las grandes virtudes de Tokyo Revengers. También otras historias como la de Kokoni e Inui. Pero probablemente el giro más grande lo deja para el último capítulo, que es donde finalmente Hanagaki se dará cuenta de las motivaciones de Kisaki. El final de esta temporada parece que se cierra, pero a mi me va a gustar descubrir como va a ser ese tercio de serie final que Wakui nos tiene preparado.
En el aspecto técnico, comentar que la animación parece un poco estancada. Ya fue uno de los puntos en los que se comentó que la adaptación de Koichi Hatsumi para Liden Films podía mejorar. Se podría conseguir una animación un poco más fluida y una pelate de colores algo más rica. En el apartado musical Hiroaki Tsutsumi, innova poco pero tira de un gran repertorio de la primera temporada. Encontrareis este anime disponible en Diseny+ (solamente su segunda temporada). Me ha gustado mucho esta temporada, ya que significa un soplo de aire fresco a una franquicia que iba un poco a la baja.
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