La lejana fiesta del cine, dejó una de la peores recaudaciones que ha habido en un evento como este. He oído muchas teorías al respecto, pero la más acertada sería sin duda que no había nada interesante que ver en el cine. «Un pequeño favor» me resultó la opción más apetecible de una escasa oferta que se ha visto recompensada como merece, el público quiere ir al cine a ver buenas película. Pero no estoy aquí para hablar de la fiesta del cine, sino de «Un pequeño favor» la película que me llevo a las salas.
Un pequeño favor nos Stephany una madre soltera que vive para su hijo que conoce a Emily, una misteriosa y atractiva mujer que enseguida captará su atención por presentarse como la mujer que a ella le gustaría ser. El problema viene cuando Emily le pide que se quede con hijo una tarde y desaparezca para siempre. Stephany tendrá que invertigar los motivos que han llevado a esa situación y quién se escondía en realidad tras Stephany.
Paul Feig a quien conocemos por la nueva versión de los Cazafantasmas, presenta esta historia basada en una novela en la que el misterio y los deseos internos de una mujer que quieren ser más, son el hilo conductor de una enrevesada historia. La película gira en torno a 3 personajes que son muy bien presentados al espectador y que enseguida conectarán con él. Lo que al principio parece una pelícua simple se va complicando hasta volverse profundamente complicado.
El estilo de narración no presenta nada destacable, hay miles de películas narradas con este estilo y con esta estética. Paul Feig es un simple narrador en una historia más. Lo único destacable son sus dos actrices protagonistas. Ambas están fantásticas y llenas de la personalidad que las caracteriza. Da la sensación de que cuando se escribió la novela, el escritor pensó en Anna Kendrick y Blake Lively, porque esta historia es para ellas y ellas la hacen más grande.
Pero el duo protagonista no es suficiente para justificar una entrada de cine. Creo que sería justo decir que esta es la típica película para sábado por la tarde. Un pequeño entretenimiento para un rato muy tonto.
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