Uno de los grandes clásicos de una de las décadas más doradas del cine fue ‘El Último Mohicano’. Esta película, estrenada en 1992, está basada en el libro homónimo de James Fenimore Cooper: The Last of the Mohicans: A Narrative of 1757. Dirigida por Michael Mann, ‘El Último Mohicano’ se centra principalmente en los eventos que rodean el asedio al Fuerte William Henry por los franceses. De gran éxito popular, la academia de los Oscar solamente la consideró (y ganó) para el premio a los efectos de sonido.

Aunque esta película está basada más en un libro que en eventos históricos, la época en la que se sitúa es una de las que menos han sido llevadas al cine. Luego entraremos en los detalles, pero los eventos de la Guerra Franco-India en los que se enmarca la película nos presenta una Norteamérica de mediados del siglo XVII. Este conflicto, anterior a la guerra de independencia llevada por ‘El Patriota’ al cine, se produce cuando Francia e Gran Bretaña luchan por el control de las colonias americanas.

Las principales facciones que participan en esta lucha acabrán por ser las no protagonistas. En este caso, cada uno de ellos va a contar con una serie de aliados que conocen el terreno y en los que se apoyará para ganar músculo militar. En la película, Francia cuenta con los hurones, mientras que los ingleses cuenta con los colonos fronterizos. La facción mohicana, representada por Uncas, Chingachgook y Nathaniel siempre ha considerado a los hurones una facción rival, pero jamás ha participado en el conflicto.

La historia se centra principalmente en el grupo mohicano liderado por el incombustible Nathaniel (interpretado por un Daniel Day-Lewis ya asentado como un gran actor). Con el conflicto ya en ciernes, las hijas del coronel Munro, Cora y Alice, son transportadas por el oficial Duncan hacia el fuerte Willian Henry, donde gobierna su padre. Durante el viaje son emboscadas por Magua, un hurón que se ha hecho pasar por mohicano. Gracias a Nathaniel, Uncas y Chingachgook, la emboscada fracasa y las hijas llegan a salvo al fuerte, que se encuentra bajo un intenso fuego de artillería de los franceses.

Sirvan las lineas anteriores como un fiel reflejo de lo que es la película. Una película que mezcla muchos elementos como un gran coctel, casi todos en su justa medida y como resultado deja una película deliciosa a la visión y al oído, con un gusto exquisito. Puede que la película caiga en los esterotipos del cine de los 90 en cuanto a la historia, no nos vamos a engañar. Héroe blanco que gana el corazón de la chica y en el momento de la lucha tiene sus momentos de deus ex machina, donde con un simple fusil arrasa con todos y los enemigos nuna llegan a acertarle.

Esta película aglutina una serie de virtudes que la hacen inolvidable. En primer lugar, la ambientación. Lo que se refiere a las vestimentas de ingleses, colonos e indios está muy conseguida. Además, en 1757, América del Norte era todavía un páramo inexplorado donde solamente residían colonos. Muchos de estos colones vivían a la intemperie, lejos de las grandes urbanizaciones como Boston o Londres. Ese respeto por la naturaleza se respira desde el primer minuto, dejándonos disfrutar de una fotografía excepcional.

La forma correcta de acompañar el gran alto nivel de la fotografía era con una gran banda sonora. Trevor Jones y Randy Edelman han sido los encargados de dejar un score a la altura de las expectativas, siendo su tema principal tan épico como una de las canciones de banda sonora más reconocidas y escuchadas de siempre. La canción final, interpretada por Clannad es otra delicia auditiva. Me encanta la voz rota que tiene la artista y que te hace erizar la piel.

La revisión histórica que ofrece esta película no será muy extensa. Los acontecimientos en sí fueron reales, pero todos los personajes, como hemos visto, salen del imaginario de James Fenimore Cooper, con lo que su participación en los hechos son tratados como pura ficción. Aún así me parece una buena idea recoger el guante que ofrece la película e investigar los hechos que inspiraron a Cooper a escribir este libro y la pentalogía que lo acompaña.

Verdades y Mentiras de ‘El Último Mohicano'

Que hay de cierto y de falso en la historia detrás de la película:

Contexto Histórico

Como ya hemos mencionado antes, los hechos de esta película se sitúan principalmente en los acontecimientos que rodean el asalto al Fuerte William Henry por parte de los franceses en 1757. Estamos inmersos de lleno en la época del imperialismo, esos años en los que todos los países se sintieron inspirados por el Gran Imperio Español y buscaron colonias más allá de sus fronteras de origen. Una Europa con unas fronteras ya inamovibles y con muchos imperios al alza, lo inteligente en aquella fue expandir sus influencias allende de los mares.

No se le quiso llamar la primera guerra mundial, pero de facto, lo fue. Los grandes precursores de este conflicto fueron Gran Bretaña y Francia, pero en el se vieron arrastrados las otras grandes potencias de la época (Prusia, Rusia, Portugal, Austria y España, entre otras). Este conflicto se denominó la Guerra de los Siete Años, y contó con diferentes frentes a lo largo de todo el globo. Desde la India, pasando por Europa y acabando en todo el continente americano, en el sur con el conflicto del Río de la Plata y en el norte con la guerra franco-india, evento en el que ‘El Último Mohicano’ se encamarca.

Para poner un poco el contexto histórico de este conflicto, hay remontarse unos pocos años antes y trasladarnos a suelo europeo. A mediados de las década de 1750 la casa de Habsburgo, reyes de Austria, deciden recuperar Silesia, que había quedado bajo control del reino de Prusia tras la Guerra de Sucesión Austríaca. El conflicto que derivó del ataque sin región, situada en las fronteras de Polonia, Alemania y República Checa, fue el detonante de la Guerra de los Siete Años.

Los Habsburgo, gobernados por Maria Teresa I, contaban con el apoyo de Sajonia, Rusia, Suecia y Francia, mientras que el Reino de Prusia, liderado por Federico II el Grande, tenía como principal aliado a Gran Bretaña y Portugal, además de algunos condados menores. Federico fue el Grande por algo, y dado que tenía buen ojo militar y conocía las intenciones de los Habsburgo, decidió adelantarse. El otoño de 1756, sin previa declaración de guerra, decidió ocupar Sajonia y luego atacó Bohemia, siendo repelidos por el ejército austríaco en la Batalla de Kolín.

Este conflicto, aparentemente local, arrastró a las grandes potencias del mundo a un conflicto armado. En la película se nos da a entender que este conflicto que existe en la parte canadiense de norteamérica solamente involucraba a Gran Bretaña y a Francia, pero acabamos de comprobar que este conflicto es mucho más grande de lo que muestra ‘El Último Mohicano’. Fijémonos en el detalle más pequeño, en el llamado frente franco-indígena de norteamérica.

Guerras Franco-Indias

Como ya se ha visto, dentro del marco de la Guerra de los Siete Años, uno de los frentes fue el norteamericano. Este conflicto se produjo entre 1754 y 1763 y tuvo como principales contendientes a ingleses y franceses. Antes me gustaría comentar una curiosidad. Dado que era un conflicto entre franceses en ingleses, al investigar me llamaba la atención que no apareciera Gran Bretaña en el nombre oficial. Esto tiene una explicación. Normalmente en aquella época las guerras se denominaban con el nombre del gobernante, en este caso el Rey Jorge. Como su majestad ya había tenido su guerra, y de cara a establecer una diferencia, se decidió llamar a esta guerra franco-india para describir a los enemigos británicos.

La principal causa del conflicto en las tierras americanas entre franceses e ingleses fue el control de los recursos naturales que ofrecía un continente inexplorado. Muchas de las tribus indias comerciaban con pieles y había una gran cantidad de tierra con posibilidad de explotar en la zona de los montes Apalaches, además del control de la isla de Terranova, que ofrecía una gran catidad de oportunidades de pesca. Esta era la cuarta vez que franceses e ingleses luchaban por el control de la frontera, el primer conflicto comenzó en 1689 y hasta 1763 hubo hasta cuatro ocasiones en las que franceses e ingleses se disputaron las tierras. Nunca de forma directa, siempre aprovechando los conflictos europeos para entrar en liza.

Dado que el conflicto englobaba una gran parte de terreno, muchas de las tribus indias tomaron parte por uno u otro bando. Por un lado, los ingleses tuvieron la ayuda de los colonos locales y de la confederación iroquesa, formada por los oneidas, los mohawks (mohicanos), los catawbas y los cheroquis. Los franceses superaban mucho en número a los ingleses ya que contaban con la ayuda del reino del España por el sur y luego toda una amalgama de tribus que potenciaban muchísimo su número, como los hurones, algonquinos, lenapes, ottawas, shawnees y la confederación wabanaki, entre otros.

La política de fronteras de Francia era intentar ganarse la amistad de los nativos mediante el comercio. Esto les daba la oportunidad de conseguir diferentes ventajas. Por un lado, recursos naturales extraídos de la tierra, como comida o pieles para abrigos (recordar que los hurones se llamaban así por las pieles que comerciaban). Además, proporcionaba unos interesantes activos locales, que conocían el terreno y suponía incrementar el musculo militar de un ejercito muy poco numeroso, dada la cantidad de kilómetros que debían cubrir. El aproximamiento que tuvieron los franceses fue más cultural que los ingleses, tal y como se puede ver en la película (un coro de niños indios cantando canciones religiosas bajo la atenta mirada de los hurones).

En cambio la política inglesa era la de colonizar y expulsar de los terrenos a los indios. Solamente la excepción iroquesa, una confederación de tribus entre las que se encontraban los mohawks, se respetó. El sentido que se le daba también era militar, ya que el conflicto se produce en la frontera entre lo que se acabara convirtiendo Canadá y Estados Unidos. Esta cadena de tribus estaban repartidas en la frontera y suponían un interesante muro de contención ante las incursiones francesas.

El asalto del Fuerte William Henry

Como ya se ha comentado, la historia de ‘El Último Mohicano’ gira alrededor del asalto francés al Fuerte William Henry. La defensa estaba formada por el ejército regular inglés y la milicia local. El comandante del fuerte era el teniente coronel George Monro, no Munro tal y como aparece en la película. En el bando francés se encuentra el marqués de Montcalm. Las bajas de los franceses en esta batalla fueron mínimas, ya que contaban con unos números que triplicaban de largo las unidades del ejército inglés (contando con sus aliados indios), además del apoyo de grandes piezas de artillería.

Los eventos de este asalto se encuadran en el año 1757, durante los días de 3 y el 6 de agosto, en las inmediaciones de Lake George. Aunque hubo intercambio de proyectiles, el gran número y la potencia de la artillería del lado francés prevaleció en la lucha y el Fuerte William Henry. El coronel Monro, vista su inferioridad decidió informar de la situación a su superior, el general Daniel Webb, para que enviara urgentemente refuerzos.

Los refuerzos de Webb estaban en el fuerte Edward, muy próximo al fuerte Henry. No como en la película, los refuerzos de Webb si llegaron, pero la escena que se encontraron no podía ser más desalentadora. Un testimonio, Jonathan Carver, de los Rangers de Burke, que llegó con los refuerzos, escribió: “El día siguiente a nuestra llegada vimos el lago George, que está junto al fuerte, cubierto por un número infinito de botes”. Solamente había salida para salvar la vida, la rendición.

El día 9 de agosto, ante la evidente inferioridad tanto en número como en armamento, el coronel Monro decidió rendir el fuerte. Es probablemente una de las escenas más bellas de la película, en la que los dos caballeros se encuentran. El honor que había entre oficiales en aquellos conflictos era una cosa tan inverosímil hoy día como envidiable. Montcalm prometió que si se entregaba el fuerte no haría falta que los británicos depusieran las armas y les garantizaría paso seguro a tierras inglesas. Ante estas condiciones, Monro decidió aceptar los términos de la rendición.

La matanaza de los hurones

Si hay alguna escena clave para explicar ‘El Último Mohicano’ es la matanza posterior a la toma del fuerte. La película sugiere que es el mismo Montcalm el que propone a Magua atacar a los británicos. Esto es difícil de creer … o no. Desde un punto de vista caballeresco, la rendición que propone Montcalm a Monro es de 10 y en Europa es la forma en la que se combatía, con honor y respetando siempre a los oficiales del bando contrario. No sabremos nunca si fue Montcalm o los mismos indios lo que tuvieron la iniciativa de atacar a la columna inglesa, pero

Esta forma de hacer la guerra no acaba de encajar con la cultura bélica indígena. Para ellos la única forma honorable de enfrentarse en la batalla era matar o morir. No entendían como un enemigo del mañana podía salir ileso y con el armamento con el fin de combatir otro día. No reconocieron los términos de la rendición a Montcaclm y la columna de Monro, formada por 3.000 hombres, mujeres y niños fue atacada por los aliados nativos de los franceses al poco tiempo de salir del fuerte.

Como toda buena emboscada, cogió de improviso a la columna que viajaba relajada. Al sonido del primer disparo de fusil, el caos se propagó y los ingleses comenzaron a huir en desbandada. En este caso, la ficción supera a la realidad y esta ‘matanza’ solamente causó las bajas de 200 personas, contando mujeres y niños. Aunque los nativos obtuvieron un gran premio. Consiguieron capturar con vida a las hijas del coronel, que no murió en la refriega.

Se produjo entonces una huida hacia río para rescatar a las hijas de Monro, capturadas por los hurones. Su captura no se realiza en la escena de la cascada, como sugiere la película. Esta toma es de lo poco cuestionable del guion, ya que podrían haber saltado por la cascada para escapar. En el libro, la segunda captura de las hijas del coronel se produce una vez se ha llevado a cabo la matanza de los ingleses una vez han abandonado el fuerte.

¿Un blanco entre los mohicanos?

El personaje de Nathaniel Poe, u Ojo de Halcón, como le denominaban tanto sus hermanos indios como los colonos americanos ya sabemos que es una obra de la obra de James Cooper y que se trata de un personaje de ficción. Pero, ¿pudo haber inspirado algún ejemplo de aquellos años este personaje?

La persona que con más probabilidad sirviera de inspiración a la obra de James Cooper fue Nathaniel Shipman (1738-1809). Nathaniel Shipman ‘Natty Bumppo’ fue un célebre cazador y trampero, llegó al valle de Walloomsac al final de la última guerra franco-india, alrededor del año 1760. Se dice que en el intervalo anterior a esa guerra estuvo con un destacamento de soldados enviados a construir una empalizada que estaba ubicada cerca de la desembocadura del río Walloomsac para la protección de los pocos colonos que vivían cerca de la antigua ruta de guerra de los franceses y los indios.

Shipman se casó e hizo su hogar en el valle de Walloomsac, en lo que ahora es la parte noreste de la ciudad de Hoosick, muy cerca de Albany (donde recogen a las hijas del coronal Munro en la película), en el estado de Nueva York. Shipman había luchado con los indios en la guerra franco-india y una vez finalizada se quedo con ellos a vivir. De esta manera fue el eje en el que su unirían los dos pueblos, ya que tenía los conocimientos tanto de ingleses como de indios, y vivió entre ellos largo tiempo.

Otra de las personas que tuvieron una historia similar fue Jean-Vincent d’Abbadie de Saint-Castin (1652-1707). Saint-Castin fue el tercer hijo de un noble francés. Al no tener una herencia asegurada, fue a probar fortuna en el ejército y a los 13 años se fue a Canadá como alférez del ejército francés. En la segunda mitad del siglo XVI tomo parte en las diferentes escaramuzas francesas en tierras iroquesas. Durante este conflicto se quedó a vivir con los indios y finalmente se casó con la hija del jefe de la tribu, convirtiéndose finalmente en jefe de los Abenakis.

¿Qué fue del último mohicano?

Tanto el libro de Cooper como la película de Mann juegan con nosotros y nos proponen una serie de candidatos para ser considerados el Ultimo Mohicano. La tendencia de la película y el gran protagonismo que tiene Day-Lewis hace pensar que Ojo de Halcón es ese hombre místico. La sorpresa nos la deja Chingachgook cuando, después de vengar a su hijo al matar a Magua, recita un lamento en el que se nomina a si mismo el último de su raza.

Pero, ¿es Chingachgook el ‘ultimo mohicano? Lamento ser portador de malas noticias para aquellas personas que se quedaron con el mensaje romántico de la película. Las sucesivas guerras que se libraron en el continente americano hicieron que el pueblo mohicano fuera lentamente diezmado. Aunque no en gran número, todavía queda alguna reserva con descendientes directos de los mohicanos en el estado de Wisconsin, en una reserva con el nombre de Nación Stockbridge en la reserva de Green Bay.

Esta película trata temas muy parecidos con otra de las grandes películas de los ‘90, Bailando con Lobos, donde el protagonista blanco se encuentra perdido y una tribu india lo recoge y lo adopta. Para un servidor se trata de una de las grandes películas épicas de los noventa, donde se mezclan a la perfección la lucha, el amor y las aventuras englobadas dentro de una ficción histórica bastante acertada. Sirvan estas pequeñas notas para poder entender mejor el contexto de la película y poder disfrutarla con toda plenitud de detalles.

Dirección

Guion

Personajes

Banda Sonora

Fidelidad Histórica

Puntuación

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