Dice el dicho que: ‘mala hierba, nunca muere’. Esto es lo que parece estar pasando con la serie de Vikings. Una serie que empezó siendo histórica, la obra de Michael Hirst comenzó a emitirse en el History Channel y a mi entender las primeras temporadas dieron en un nivel bastante alto. Pero algo se rompió después de la batalla de París. La historia de Ragnar Lothbrook, Lagertha, Floki, Rollo y compañía pasó de ser una historia con más aciertos que errores a una cosa insulsa, superficial y previsible.

Curiosamente coincide con el cambio generacional. La llegada a escena de los hijos de Ragnar, salvo alguna aportación de Ivar fuera de lo establecido (estrategias de batalla o eventos de locura esporádica) fue más bien plana y aburrida. El carisma que se saboreaba al contemplar las figuras de la serie, sobretodo Ragnar, Ecbert o Athelstan fue migrando a algo insípido. Principalmente se refleja en Lagertha y Bjorn, personajes que envejecieron bastante mal.

Sirva este par de párrafos de introducción para ver como Netflix quiere expandir el universo creado por Micheal Hirst. En este caso la obra reside en el lápiz de Jeb Stuart guionista y creador de Vikings Valhalla. Situada temporalmente alrededor de 100 años después de los eventos de la sexta temporada de Vikings, el campamento danés es un hecho en una Inglaterra casi unificada. El 13 de noviembre de 1002, día de San Bricio, se llevó a cabo una matanza de vikingos por orden de Æthelred el Indeciso en respuesta a las continuas invasiones danesas de esa época.

Como ocurrió con la muerte de Ragnar, el mundo vikingo convulsionó y cerró filas en torno a Canute, rey de Dinamarca, para preparar una oleada de venganza. Todos los reyes y condes escandinavos unidos bajo el estandarte danés para dar muerte a Æthelred. Nombres conocidos por la historia como Canute el Grande, Olaf el Santo, Harald Sigurdsson (Harald III de Noruega) se unirán para ir en contra de Æthelred, su hijo Edmund y su esposa, Emma de Normandía. Estarán ayudados por un superviviente sin causa, Godwin, que convertirá su lucha en la de la supervivencia y sacará partido de sus habilidades políticas.

A todo ello, si no pudieran parecer pocas las figuras históricas que han querido mezclar, se añade otra, que es la de Leif Eriksson. Para los que seguimos Vinland este nombre nos resulta familiar, ya que es el vikingo descubridor de América y un experto navegante, como así lo quiere demostrar Jeb Stuart en la presentación del personaje. Llegando de Groenlandia, le acompaña un séquito de greenlanders y otra figura que va a ser bastante importante en la trama, su hermana, Freydis Eriksdotter.

No quiero poner en duda que haya cierto rigor histórico en el Vikings Valhalla, lo que se presenta es una parte de la historia en la que cuadran los nombres y las batallas que ocurren principalmente en el lado inglés. Ya se ha visto el tema de masacre del día de San Bricio, de quién fue responsabilidad y quien llevó a cabo su venganza. En el lado escandinavo sin embargo, todo lo que es la trama de Freydis, Uppsala y Kåre no hay por donde cogerlo. Cristianos malos, vikingos buenos, mononeuronalidad. Así nos va.

Me había prometido no entrar y lo voy a hacer. ¿De donde demonios se sacan que había vikingos negros? Y para más inri, nobles. Las cuotas de Netflix restan mucha credibilidad a la serie. Y para mi esa es la palabra clave, la credibilidad. Para que una historia enganche lo primero tiene que ser creíble. Y Vikings Valhalla es muchas cosas pero no eso. Peca en demasía de lo que hizo mal su predecesora en sus últimas temporadas. Muchos gritos, personajes planos y guiones con escenas muy previsibles, la búsqueda del Valhalla pasa por idealización de una figura vikinga que se extingue por la llegada de los cristianos. Ahí sí que no voy a picar. Ese ataque frontal al mundo cristiano como si la moralidad no pintase nada es un cuento ya visto.

No caeré en ver la continuación, es una pena ya que había encarado la serie con ganas de ver una renovación del género pero ya se ha visto lo que sugiere el algoritmo de Netflix. Una lástima, considero que es una serie que podía haber dado mucho más. Se convierte en una saga a evitar, deja historias inconclusas que querrá explotar. Supongo que introducirá personajes nuevos. Pronostico leñazo seguro y cancelación a partir de la temporada que viene. Si me cuentan la historia del descubrimiento del Vinland me tendrán en su drakken, por lo demás, bien lejos.  

Dirección

Guion

Ambientación

Banda Sonora

Personajes

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